Brasil es el quinto país más grande del mundo. Por sus tierras recorrió João Pozzobon 140.000 kilómetros visitando un millón de personas en 30 años, llevando la imagen de la Virgen Peregrina de Schoenstatt a familias, hospitales, prisiones y escuelas. Hoy su imagen llega a través de varios miles de misioneros a millones de personas todos los meses por todo el territorio brasileño, donde María lleva los corazones a Jesús. Congregando multitudes, sólo en el santuario de Schoenstatt de Atibaia, San Pablo, todos los fines de semana se reúnen más de 10.000 personas para encontrar un camino hacia la realización personal y la conversión a Jesús. Muchos de esos misioneros y miembros de Schoenstatt han trabajado duramente para preparar la JMJ. Hoy tres miembros del movimiento ocupan un lugar destacado en la Jornada Mundial de la Juventud en Río, y junto al papa Francisco.
María Shaiane Machado, religiosa de María de Schoenstatt, que es la directora ejecutiva del departamento de Inscripciones, ha coordinado un equipo que trabajó arduamente más de un año para que todo peregrino se sienta acogido personalmente en Río, teniendo alojamiento y toda la información necesaria a los efectos de que la JMJ pueda ser un profundo camino a la conversión personal.
Benjamín Paz Vermal, joven argentino, tucumano, miembro del Movimiento de Schoenstatt, es contador, licenciado en Administración de Empresas, con un master en Comunicación Institucional y Política. Formó parte del equipo de coordinación de Comunicación y Prensa de la JMJ de Madrid, y es hoy gerente del Departamento de Comunicación de JMJ en Río, con ocho áreas bajo su cargo, incluyendo el de Prensa. Benjamín resume su misión en tres objetivos: 1. Extender la duración del encuentro, de manera que se convierta en una experiencia que comienza mucho antes y termina mucho después. 2. Fomentar la participación presencial en la jornada. 3. Divulgar el mensaje de Cristo a través de la persona del Papa para que llegue tanto a quienes participan como a los que no puedan venir.
Hay un sacerdote brasileño que acompaña al papa Francisco en la selecta comitiva de este viaje, tanto en el papamóvil, como en comidas y celebraciones, que sorprendentemente no pertenece a la Curia Romana ni a la diplomacia vaticana, hecho poco común en la historia de la Iglesia, dado que su compañía más cercana en los viajes es siempre determinada por la cúpula del Vaticano. Se trata del joven sacerdote Alexandre Awi Mello, director nacional del Movimiento de Schoenstatt en el Brasil, uno de los pocos nombres escogidos personalmente por Francisco para la comitiva de alto nivel.
Francisco y Awi Mello se conocieron en oportunidad de la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe, en la ciudad de San Pablo, junto al santuario nacional de Aparecida, en 2007. El Papa, entonces cardenal Jorge Bergoglio, coordinó el comité de redacción del Documento Conclusivo de la conferencia de Aparecida, hoy uno de los principales referentes de la evangelización en América Latina. Se trata del libro que Francisco entrega hoy a los presidentes latinoamericanos, donde los obispos denuncian las acuciantes injusticias que sufre el pueblo del continente. El padre Alexandre Awi Mello fue para Bergoglio una invalorable ayuda. Convivieron en Aparecida por tres semanas, dándole forma al documento mencionado.
El sacerdote brasileño es una referencia en Mariología. A los 42 años se especializó en el tema en la prestigiosa Universidad de Dayton, en Ohio, en los Estados Unidos. Nació en Río de Janeiro, pero vive en San Pablo, en la casa de los Padres de Schoenstatt, comunidad a la que pertenece.
El Papa admira también en el sacerdote su habilidad de comunicador y su capacidad de bajar la teología a la realidad concreta del pueblo, la que el mismo Francisco cultiva con pasión. Ambos, con la participación de los miembros del equipo, tuvieron la profética misión de observar la realidad latinoamericana a la luz de la fe, para volcarla en el Documento de Aparecida.
El padre Alexandre trabaja, entre otras cosas, con la juventud de Schoenstatt en el Brasil, lo que le permite conocer profundamente la realidad del país, sus virtudes y necesidades. Esa juventud dirigida por él, hoy es parte de quienes dan testimonio en las calles de Río, de que surge una nueva Iglesia para el mundo, una Iglesia comprometida con los valores, con los humildes, con los más necesitados, y que quiere testimoniar la fe en el Jesús auténtico, no “licuado”, de acuerdo al gusto de cada uno, como afirmó el papa Francisco en la catedral de Río ante una multitud de jóvenes.
El Movimiento de Schoenstatt fue fundando por el padre José Kentenich el 18 de octubre de 1914, y se prepara para celebrar con una multitudinaria participación internacional el centenario de su existencia el próximo año, en el pueblito que lleva el mismo nombre, donde se encuentra su santuario original; y en Roma junto al papa Francisco.+ (Colaboración de Enrique Soros)
Fonte: http://www.aica.org/7657-schoenstatt-con-el-papa-francisco-en-la-jmj.html#